El trabajo analiza las ordenaciones de montes de principios del siglo XX en España para evaluar en qué medida se lograron alcanzar los objetivos para los que fueron planteadas. Para ello se enmarcan las ordenaciones en el conjunto de la política forestal, se profundiza en el proceso de concesiones de ordenación a particulares y se analizan las principales normas de explotación estipuladas en los contratos. La principal conclusión es que las normas concretas que regularon las ordenaciones presentaron deficiencias que no permitieron cumplir plenamente los objetivos: si bien se logró acelerar las extracciones forestales en momentos determinados, no se consiguió un incremento sostenido de la productividad y hay sospechas de que todo ello pudo incidir negativamente sobre las existencias forestales de los montes sujetos a ordenación.